El cepillo dental es la base de la higiene bucal diaria, ya que resulta fundamental para eliminar la placa bacteriana (biofilm oral) de manera eficaz y prevenir las principales complicaciones causadas por el acúmulo de ésta: caries, enfermedades de las encías, sensibilidad dental, halitosis, etc.
Un cepillo dental consta de un cuerpo o mango aproximadamente recto en uno de cuyos extremos (o cabeza del cepillo) se encuentra un denso conjunto de cerdas perpendiculares al cuerpo que facilita la limpieza de áreas de la boca difíciles de alcanzar. Suele utilizarse en combinación con crema o pasta de dientes o dentífrico , que típicamente contiene fluor para aumentar la eficacia del cepillado.
Se encuentran disponibles en el mercado en diferentes tamaños, formas y texturas de cerdas y se suelen comercializar en versiones suaves, medias o duras en función de su dureza, si bien no existe norma en vigor que establezca los umbrales de dureza para diferenciar dichas menciones. La mayoría de los cepillos dentales son fabricados con cuerpos de plástico y cerdas de fibras sintéticas.
Tipos de cepillo de dientes según la dureza
Las cerdas de los cepillos tienen diferentes durezas la cual tienes que elegir la que mejor se adapte a tus necesidades, tanto si se trata de cepillos manuales como si se trata de cepillos eléctricos.
- Duros: son los que tienen las cerdas más fuertes y rígidas. Se pueden usar en bocas sanas y bien cuidadas, puesto que tienen menor sensibilidad tanto en dientes como en encías. Con estos cepillos no es aconsejable ejercer mucha presión puesto que pueden dañar más fácilmente la boca y especialmente maltratar las encías.
- Medios: son los que utiliza la mayoría de las personas si tienen una buena salud bucal pero no tienen la boca suficientemente fuerte como para aguantar la presión de un cepillo con las cerdas duras.
- Suaves: son los más recomendables para la gente que tiene problemas en su salud bucal como gingivitis o enfermedades temporales que imposibilitan el uso de un cepillo medio y mucho menos uno duro.
Higiene
- No se recomienda compartir los cepillos de dientes con otras personas, ya que, además de las preocupaciones generales de higiene, existe un riesgo de transmisión de enfermedades que son típicamente transmisible por la sangre, como la hepatitis c y el VIH
- Después de usarlo, es recomendable enjuagarlo con agua, sacudirlo y dejar que se seque al aire.
- Si las cerdas del cepillo de dientes están dobladas y desgastadas pueden disminuir la eficacia del cepillado. Por tanto, se recomienda cambiar el cepillo de dientes por uno nuevo cuando las cerdas parezcan estar desgastadas (aproximadamente después de 6 a 16 semanas)
CONSEJOS PARA CUIDAR EL CEPILLO DENTAL
Para cuidar la boca, encías y dientes es vital tener un cepillo dental en buenas condiciones y para esto debes cuidarlo al máximo. Lo primordial es no compartirlo porque se incrementa el riesgo de infecciones y se reduce su vida útil.
Tras el cepillado, enjuágalo con agua para quitar los residuos de pasta dental y demás impurezas. No es recomendable sumergirlo en enjuague bucal o soluciones desinfectantes. Esto lo puede contaminar si se usa con otros cepillos durante un tiempo prolongado.
Descarta utilizar el horno microondas, rayos ultravioleta o lavavajillas para desinfectarlo, si lo haces solo lo dañarás. Déjalo secar al aire después de lavarlo, luego guárdalo en posición vertical con las cerdas hacia arriba.
Evita que tu cepillo tenga contacto con los demás si lo colocas en un cepillero. No lo almacenes en recipientes cerrados, ni lo cubras. Tampoco es aconsejable desinfectarlo con productos especiales por recomendación de los odontólogos.
Al momento de viajar colócalo en un protector plástico para que no se aplasten las cerdas. Pero no olvides secarlo antes de guardarlo. Para desinfectarlo mételo en un vaso con dos cucharadas de bicarbonato de sodio y déjalo toda la noche.
También puedes guardarlo en un recipiente con 3 % de peróxido de hidrógeno para su desinfección, cambiando el líquido a diario. Otra alternativa es poner una cucharada de peróxido en una taza con agua para enjuagar el cepillo rápidamente agitándolo en esta solución.
Cuándo cambiar el cepillo dental
Cada tres meses es obligatorio sustituir el cepillo, en algunos casos cambia de color para indicar que hay que cambiarlo. Así evitarás la proliferación de bacterias. Los duros, cuando pierden la forma, hay que suplantarlos por uno de cerdas suaves.
Estudios indican que luego de tres meses de uso disminuye su efectividad para eliminar la placa de dientes y encías. Sus cerdas pierden resistencia y por ende no llegarán eficientemente a los lugares difíciles. En caso de que las cerdas estén dañadas o dobladas, cámbialo antes de los tres meses.
Si pasaste por un resfriado lo debes desechar tras superarlo porque los gérmenes se esconden en las cerdas y reactivan el cuadro gripal. Cuando el cepillo de diente es eléctrico se aplica la misma regla, cambiar el cabezal cada tres meses. Se aplica en mismo cuidado que a uno tradicional.
La forma en que realizas el cepillado también determinará cuándo reemplazarlo. Si es agresivo es porque el cepillo de dientes se abre o está rasposo. Esto trae como consecuencia que se dañará antes de lo previsto. Cuando se usan brackets o prótesis dentales hay que cambiar el cepillo antes de los tres meses porque sus cerdas se dañan más rápido.
Cuando vayas a comprar el cepillo, inclínate por el de cerdas suaves. Si es eléctrico compra el que tiene sensor de presión para no apretar más de lo debido. Espera al menos media hora si has ingerido alimentos para comenzar el cepillado y enjuaga la boca antes de empezar. Esta precaución se debe a que hay comidas que debilitan el esmalte.